según las estadísticas, los niños no disfrutan lo que leen y no se motivan por encontrar lecturas de su agrado.
En una encuesta realizada en la principales ciudades del territorio nacional los niños y jóvenes reflejan su desagrado por la manera en como le es presentada la lectura en las aulas, todos coinciden en que estas hacen parte de la larga lista de actividades de los libros de enseñanza y que las escuelas no tienen espacios para el disfrute de la literatura sin que sea un fin académico para evaluar.
A estas alturas del año académico no es mucho lo que se pueda hacer para propiciar espacios que incentiven esta actividad; pero la secretaria de educación se compromete para el otro año a reformar los currículos académicos para darle un espacio propicio y libre a la lectura, para que los niños y jóvenes disfruten la literatura sin que sea un proceso evaluativo, así como a mejorar las bibliotecas y las fuentes de Internet
para acceder a los textos.
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