Al
escribirte mi estimada colega espero que al recibir estas líneas y lo que ellas
expresan sirvan de alguna medida para enriquecer la hermosa labor que hemos
escogido para ser. En primera medida llamo tu atención sobre los elementos que
atañen a la vocación docente y literaria dado que en los dos sentidos estas
herramientas son vitales para el empoderamiento y la liberación del espíritu.
Solo quien
puede abrir un libro y acceder al
corazón de su autor, a su intempestividad
es capaz de crecer y esperar con manos abiertas todo ese misterio
cultural que puede reservarle, por ello ni la docencia ni la vocación literaria han de ser un formalismo técnico de
instrucción sobre gramática o sintáctica, que atiborren las mentes pero no los
espíritus, para ello será necesario darle la posibilidad de acceder al mundo
literario por el ejemplo, dado que está no es una práctica natural sino
cultural, que se acentúa o desvanece por los modelos que refuercen esta acción
del espíritu posibilidad al acceso al mundo infinito de imaginación y a la genialidad.
Valgan ahora y en este momento recordar que el mundo nos requiere como
maestros, ayudar en la construcción universal y así conspirar contra todo
aquello que aleje al hombre de sus sueños…estando por encima de los rituales
escolares y las practicas técnicas el rescate del hombre por su simbolización, Recuerda que la vida está llena de
dificultades y está en nosotros cambiarlo, si la vida te da limones aprende a
hacer limonada y la ausencia de recursos es un recurso para llegar más allá.
Para terminar, os digo que ciertamente cuando Ana Maria Machado afirmo: “¿estaran todos condenados a
un Apartheid literario? no se equivocaba ni un centimetro al denunciar el estado
que abocaremos si renunciamos a nuestro interes educativo, de no solo superar
el alfabetismo en terminos de decodificacion sino el alfabetismo de la mente en
terminos de producción y creación…Os dejo una corta
despedida de parte de un “yo” sublevado contra la ingenuidad natural de la
humanidad gracias… recordándote que la superstición trae mala
suerte.
DIANA
VARGAS
Muy interesante, la carta, la tendremos en cuenta.
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